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SantoÑo, tu opción para un mundo mejor

PerNilDeSoto

Es usted un estúpido

Es usted un estúpido El otro día leí un artículo en el fanzín socialista buque insignia del imperio Z. La astucia y la desfachatez se daban la mano en un largo artículo firmado por su ex director, Antonio Franco, que disertaba sobre el final de la trayectoria musical de Lluís Llach, un tipo que en lo musical no me entusiasma, pero en lo político demuestra una sensatez encomiable.

Franco decía no entender cómo el gobierno anterior, quien no sea catalán o no haya vivido en Catalunya como mínimo tres años no podrá entender que ha significado para este pedazo del mundo el virreinato (1980-2003) de Jordi Pujol, sus ideas iluminadas, su germanofilia y sus dávidas repartidas ante algunos prófugos de la justicia- entendida esta condición no como reos de la justicia en su calidad de huidos, sino algo mucho peor: jamás enjuiciados, y en poquísimos casos, encausados- que ha convertido la cultura catalana, expresada de manera bilingüe, guste como no guste, en poco menos que un páramo, o sea; o te subvenciono o te ignoro. Para estar en la primera categoría había que ser dócil con el mandatario. Llach, Raimon han ido por libre y están en la segunda categoría. Quico Pi de la Serra es un francotirador…Maria del Mar Bonet vive en su mundo y el casi siempre prescindible de Serrat es simplemente sociata, pecado mayor para la cúpula convergente de ayer, hoy y mañana.

Franco, tirando de algo tan selectivo como es la memoria, jamás ha alimentado, que yo recuerde, un debate sobre la música popular en los muchos años que ha ejercido un meritorio contrapoder como director de El Periódico de Catalunya, de casi dos decenios, es decir, Pujol y él han compartido muchas cosas, entre ellas, ansias de poder y sus inevitables contradicciones. A Franco le debería caer la cara de vergüenza en la manera en cómo apoyó aquel aquelarre, por llamarlo de alguna manera, de concierto en el Palau Sant Jordi de 1991 de cuatro grupos catalanes. Soy incapaz de escribir sus nombres ya que me produce urticaria, de ¿pop-rock? en catalán, verdadera basura mediática de ayer, hoy y mañana. No recuerdo como ciudadano de este país tamaño despropósito, con TV3 a la cabeza, en el que quedó claro cómo se manipula a la población, cómo se subyuga una industria casi inexistente, la del disco y el management, y se estigmatiza a una población que si no era devota de aquella barbaridad no era catalana o poco menos. Yo soy catalán y escribo en el idioma que me apetece. A lo mejor se pretende que escuchemos a James Brown, The Ramones o Tito Puente en catalán o en correctísimo castillian spanish…

La soberbia del ignorante

Esa falta de memoria, que un castizo, a pie de calle, resumiría de manera espléndida con un ¡valiente estupidez! Y de estúpido cabe tratar a Pau Donés en sus declaraciones a La Vanguardia en su edición del domingo 9 de abril de 2007.
A la pregunta de “usted califica de orgánico este disco- Adelantado, el sexto de Jarabe de Palo, la cursiva es mía- ¿A qué se refiere? Y Donés responde:
- “Orgánico como sinónimo de humano, en un mundo totalmente deshumanizado; una especie de antídoto. En el caso de la industria musical, y a consecuencia de la piratería, que no es más que un robo, desde hace unos años se pone más énfasis en artistas mediáticos que en los artistas en sí mismos y su música”.
Ahí queda eso. La puta Operación Triunfo es reunión de artistas. A lo que se ve la sordera no es coto de políticos y público, los músicos ya se confunden a la hora de buscar etiquetas.

Hagamos un poco de memoria. Mientras pasaba lo que pasaba a primeros de los 90 con el pop-rock en catalán, que no es lo mismo que el pop-rock catalán -un matiz, una simple preposición de más puede significar un mundo de mierda, y la mierda dificilmente es sinónimo de libertad-, Donés se rebozaba en lugares cutres, en garitos infumables defendiendo sus canciones hasta que con tesón y evidente frescura se sacó de la manga La Flaca, canción de la que me reconozco fan. Regalada primero, o sea comprada; y años más tarde bajada de la red y regalada como minimust en cualquier resumen del pop en castellano de los 90 a ambos lados del Atlántico. Donés no es un poeta, además en aquel disco había canciones mejores, pero la que ha quedado es ésta y el videoclip, subgénero de ver pasar la vida en un tejado, también tiene su miga, pero cae simpático. O caía.

Donés, a quien no le llovió café, pero sí muchos billetes; no tiene azúcar, pero Celia Cruz cantó con él; no tiene blues, pero ha contado con la guitarra de Jordi Mena, no ha sido capaz de escribir gemas tan latinas y universales como “Corazón Partío” o “En un Mercedes blanco”. Vamos que no es Aleck Synteck, Antonio Vega, Martirio, Flaco Jiménez, Robi Rosa, Kike Santander, Aterciopelados o El Tri, ni tampoco tiene el palmito de Paulina Rubio o la candidez de Julieta Venegas, pero se le agradece que no sea un neocon, bueno un reaccionario de tomo y lomo como Juanes. Pero ello no quita que no sea un imbécil o eso parece. Y eso es grave. Entre otras cosas porque el mismo equipo que ensalzó aquel bodrio de 1991, nuevamente con TV3 a la cabeza, le dedicó un Sant Jordi, años después. Vendía discos por un tubo y era el más enrollao de la clase. Ahora, el pessebre era en castellano. Do you remember Donés? Años después, vino el lío de presentarse con camisa en “El séptimo de caballería” de Miguel Papito Bosé.
Y es un desagradecido por tachar a sus seguidores de ladrones. Una pregunta simple: ¿cuánto cuesta un cedé suyo en las tiendas? ¿Cuántas semanas pasan en ver sus discos devaluados a un tercio de su costo inicial a los pocos meses? Para aquellos que son padres y tienen hijos adolescentes es una verdadera sangría económica pues los más jóvenes no entienden de espera. Los precios de los discos no se rigen por criterios estables y el vaivén es constante o acaso ¿no es una bofetada para el consumidor de bienes de ocio ver cómo su dinero se devalúa a la misma rapidez que un disco de moda que no ha respondido a las expectativas creadas?

Donés ya queda lejos de recintos masivos, está de nuevo en el circuito de clubs y locales de mediano aforo, la red difícilmente le permitirá salir. Y es un imbécil por catalogarse de artista. Los arriba citados, tal vez con la excepción puntual de Martirio y Flaco Jiménez, no se les puede catalogar así, y venden tanto o más, pues parece que eso sea lo único importante. Las mexicanas: una vende sexo barato, cosa que por otra parte está muy bien; y la otra, no consigue superar ese tufo naïf de desconsolada fronteriza con acordeón a bordo. Julieta, ¡por favor! no se haga más fotos en ropa interior si debajo no hay algo suculento que incite al apareamiento. No con usted, of course. Tome note del mal gusto, pero agradecido, qué caramba, y el sudor frío que evoca su compatriota. Pues cantar, lo que se dice cantar, ninguna de ustedes canta un pijo.

Volviendo al robo del que hace sangre Donés, si el coste de un cedé para el consumidor final es cercano a los 20 euros por un arte insistente, pero inexistente, no cabe sorprenderse que cualquier chaval despejado de mente y sus progenitores reaccionen de manera pública arrasando las estanterías de las tiendas de informática comprando los cachivaches que permiten disponer de música a la carta. El precio es alto en un apartado inicial y a la salud se quebranta por las largas sesiones delante del ordenador y el acopio de horas robadas al sueño para dar con aquella canción olvidada que no suene a fritanga. Y la dicha, finalmente, enorme. En los años que llevo consultado la red jamás he vendido un disco a la carta hecho por mi y nunca ningún amigo o conocido ha hecho algo semejante conmigo. Más bien al contrario, hemos acabado en muchos casos en la tienda por aquello de los créditos, de volver a tener el disco perdido en otra relación, en otra ciudad o simplemente porque el gusanillo de conocer aquellos coros, aquellos instrumentistas, aquellas estudios de grabación que un disco nos ha hecho próximos. La ilusión, en definitiva es un placer ignoto para los imbéciles.
A la pregunta: ¿No le gustaría romper algún día con su imagen de buenismo, de buen rollo?, Donés declara:
“Es muy sencillo: si no te gusta mi rollo, no me escuches, ni me compres, ni me veas, ni me leas. No pretendo gustar a todo el mundo como a mí no me gusta a todo el mundo”.



Nil De Soto


PS: Artista. En su tercera acepción el Drae indica: “ persona dotada de la virtud y disposición necesarias para alguna de las bellas artes”. En la cuarta acepción señala: “persona que actúa profesionalmente en un espectáculo teatral, cinematográfico, circense, etc., interpretado ante el público.”.
Aquí podríamos hablar de la perversión del idioma, pues el 90% de los autodenominados artistas están la cuarta acepción. Una vez, un músico de clásica dijo: “el arte es la capacidad de emocionar”. Esta definición está más cerca de la tercera definición que no de la cuarta, aunque ello no fuera óbice para que el músico elogiado en una fría noche danesa cobrase una pasta gansa.
Estúpido. En su primera acepción el Drae habla de: “necio, falto de inteligencia”.
Estupidez. En su primera acepción el Drae indica: “torpeza notable en comprender las cosas”.

Del papanatismo a la pela larga del talento

 


Cultura. Siempre estamos con la susodicha palabrita. Y cuando se echa un vistazo al panorama catódico y al kiosko es para caerse de culo. Y sí eres periférico la cosa todavía se pone peor.

Hace unos días en tv3, la estrella de las noches informativas despidió con la cortesía y respeto que se merece una mujer como Rocío Jurado, pero la sorpresa llegó con el panegírico. La señora repeinada dijo: “...ha sido “cantante de jazz”. Jazz????!!!!!
Esta excelsa  intérprete de copla, y buena cantante de flamenco, la única que se ha paseado habitualmente por este país con orquesta, que llegó a cobrar en sus buenos años 6 kilos por gala, algo vetado al resto de la población musical, ¿cuándo ha interpretado a Ellington, Monk, Porter, Gershwin y compañía? Tal vez un día cantó algo en una venta, no digo que no, pero eso no la convierte en una cantante de jazz. Por favor...
Por qué esta señora que no para de cruzar las piernas, qué mal gusto televisivo y siempre con pantalones, hace como todos los demás bustos parlantes de la tele que nunca preparan con la suficiencia debida las notas de cultura.
En el fondo, la indocumentación del caso la pone a la altura de todas esa carroña que sólo chismorrea y grita sobre las miserias de los famosos. Y Rocío Jurado, más allá de ella misma y de muchos de sus allegados, es alguien en la memoria colectiva de este país.

Telekioskito. Monegal la caga de nuevo.

El otro día tuvo el humor de gastarse algo más de 11.000 euros, detalle que, por otra parte, le honra, en entrevistar a José María Sanz, que se pasó un buen rato descalificando al personal diciendo “...éstos también se conocieron en una biblioteca...”. Al invitado le queda mucho para hablar como un santoñero de pro. No paró de decir “lu que”, “algu” y no recuerdo si se le escapó algún “desde luegu”. Y su castellano no pasa precisamente por Góngora ni Lázaro Carreter. A la tercera frase en catalán se pasa al castellano porque lo que tiene de largo lo tiene de escaso respecto a la lengua, con perdón, de Folch & Towers. Lo habla tan bien como... Estopa. Otros que tal. Ahora ganan todos, con Pepito Montilla a la cabeza, hablan todos igual. Todos tienen el nivell D, d de desmemoriados, desmotivados con respecto a su cultura. Pero, eso sí, muy reinvindicativos ellos de sus cositas, de su pan. Todos comparten escenario y mensaje: promesas  electores, el ministro, futuro...; y ¿buenas canciones? el largo y  los hermanísimos, éstos cada día más  pegados a la teta de Buenafuente o ¿será al revés?. Y el público sigue sordo. Y todos juegan con la desmemoria. Son como el ajo, se repiten hasta el infinito. 
“Me pagó los discos, bueno el 30 %”, dijo Sanz. “Me propusieron hacerme cantante????!!!! melódico”. De la percha se vive un rato, pero no toda la vida, aunque lo parezca. Criticó al bueno de Ramoncín, digo bueno porque la copia de la copia de la copia de la copia ibérica que una día fue de Springsteen hace tanto tiempo que rebasó el patetismo que parece tonto gastar saliva en alguien que no es más que humo aunque ahora nos joda con el canon a aplicar sobre todo. Esta casa sabe que más temprano que tarde todo se volverá en contra.
La perla fue: “yo no salgo en televisión porque puedo decir no.” Ese es el resumen de la horita, los 11.000  euritos de nada -¡cómo se agradece pillar ciertos programas empezados!- del amigo Sanz. Si eso es así, ¿qué hace en un programa de crítica televisiva?
Monegal, usted en qué andaba pensando cuando decidió invitar a un señor que pegó un pelotazo de primer orden en 1988, si la memoria no falla, al ser número 1 de los infaustos 40 Principales con canciones que su peña escasa pero fiel se sabía de memoria desde años atrás. O cree que esa radiofórmula se caracteriza por criterios no extrictamente económicos. ¿Le suena el término payola, amigo Monegal?
¿Usted sabe que su invitado enviaba a miembros de la prensa coronas mortuorias cuando las críticas no le complacían, con leyendas tipo “la familia no te olvida”, similares a la que envió al malogrado jugador de baloncesto Fernando Martín? ¿Qué credibilidad tiene alguien así que no distingue entre vivos y muertos y además aseguró en su día que no lo volvería hacer y lo hizo de nuevo?
Tiene cómo averiguar lo antedicho: su guionista sabe de “inteligencia militar”, bandos de civismo y puteríos varios, además de publicitarse como tertuliano en tv3, la competencia. Esperemos que los becarios que inundan el sector de la comunicación tengan mejores maneras a la hora de demostrar su disgusto. Salvando su ignorancia, llegó a la síntesis cual Ferran Adrià de medio pelo al preguntar a su cantante favorito, al menos por una noche, qué haría Jacques Brel si viviese hoy. Monegal: especular con los muertos está muy manido.
 

Lo Nano aburre hasta las ovejas

Vayamos a lo que sí sabemos: cómo ha arrasado en prime time Serrat promocionando cual novel su último disco. Ha tenido que pasar por el tubo, o mejor dicho los espectadores y radioescuchas le hemos soportado estoicamente, como cualquier hijo de vecino. La sordera está en lo más alto. Los mencionados realmente tienen algo que decir, algo que compartir...
Los grandes, no. Los grandes no salen en especiales en día festivos en teles públicas, ni dejan de actuar porque haya futbol. Al menos, así lo recuerdo en una noche memorable de Leonard Cohen que nos dijo: “les agradezco que estén aquí, sé que hoy es una noche importante para muchos de ustedes”. Se refería al Barça de baloncesto, que aquella noche ganó el título. Salva de aplausos cuando se anunció la victoria. Eso es estilo y lo demás son puñetas. Monegal por qué  no invita al pacident. Que le explique por qué ve televisión sin audio en su bar favorito y por qué le vetan en el Sónar. Échele valor. 
Monegal, usted admitió  haber reñido a Serrat y la competencia, Buenafuente nuevamente, le dijo que el ex-nano hacía lo que le salía de los cojones con la rotulación de sus canciones. Bueno, se lo dijeron más fino, pero era eso. Brel se murió y déjelo así. Su invitado fue más listo y sólo enseñó el colmillo de medio lao...
Acto seguido, ambos se enzarzaron en una paja mental. La tele es entretenimiento y, a veces, cultura. Recuerde amigo Monegal que ya no está para claveles y que trabaja en una tele pública. Si tiene vergüenza torera debería disculparse ante la audiencia por la escasa información que maneja sobre sus invitados. No es lo mismo plagiar un libro en plan usted ya sabe que enviar coronas a la prensa por muy canalla que ésta sea. Y la próxima vez que invite a alguien así pregúntele por qué se ha pasado media vida catódica cantando en playback.


Cultura por asimilación

Santoño as usual

El ejemplar original, publicado en mayo, vale 20 dólares y se puede conseguir por internet, y en junio se ha editado en castellano y se regalaba junto al número habitual  por 3 euros. Todo un detallazo, cabe suponer que la exlusividad publicitaria ha echado el resto.
Señores, descúbranse ante un incunable como “las 100 mejores portadas en 1.000 números” de la revista Rolling Stone. Es sencillamente la revista de la cultura rock, por mucho que mire atrás, por mucho que desprecie e ignore lo que no se haga en inglés, por mucho que su mirada alcanza más y mejor a Irlanda y Gran Bretaña que a los estados latinos de la Unión. O que pasen de África, Asia o el flamenco.
Han sido los únicos, por pioneros, por locos por creer en algo que no existía en 1967 y que no sabían donde les llevaría, que se convirtieron en una referencia cultural y empresarial. Jann S. Wenner hace mucho que debe ser multimillonario y ha sabido tener un pie en la actualidad más rabiosa, saber capear a MTV y VH1, y una pertinente mirada en los clásicos. Y a esos maravillosos fotógrafos con Richard Aveson y la gran, gran Annie Liebovitz a la cabeza. Sin olvidar a tipos como el gran gonzo Hunter S. Thompson y los ilustradores.  
¿Qué tenemos aquí? Hasta la versión madrileña es un pálido reflejo. Toda la actualidad catalana del número de junio que acompaña al extra referido se redude al concierto de Bruce Springsteen, por la sencilla razón que fue el único ofrecido en todo el país. Y a una tontería sobre el Primavera Sound. Del resto del país, J y poco más.  
RS tiene varias versiones hispanas, y la mexicana, la colombiana, menos cuando le da tanta bola al reaccionario de Juanes y Shakira, y, en especial, la argentina, están muy por encima de la madrileña. La argentina ha informado con rigor, dolor, memoria histórica y mucho rocanrol la catástotre del boliche Cromagnon, acaecida en Buenos Aires el 30 de diciembre del 2004 que se cobró casi 200 muertos. Esos reporteros supieron que el rock en Argentina jamás volverá a ser igual. La corrupción del caso es tal que se la jugaron. Y buscaron testimonios durante meses y no les tembló la mano. Y tuvieron respeto por el dolor ajeno.
Hay un artículo demoledor de mediados del 2005, de como una chiquilla de 16, 17 años explica meses después cómo murió su novio calcinado porque cuatro descebrados despreciaron las más elementales medidas de seguridad. Y el dueño del local, mientras la gente moría, asfixiada o pisoteada, contaba billetes y luego darse a la fuga. Hasta el gobernador de la ciudad autónoma, un tal Ibarra, ha caído, él que dijo en su  momento que no era su culpa. Que los permisos y demás estaban en regla. Algo así como Clos pero con la infamia como mejor aliada.
Aquí, quién hace algo así. Aquí te regalan un disco y de paso engrosan de alguna manera las arcas de la sgae y a correr. ¿Qué diferencia hay entre, por ejemplo, Go y Telva o El Mueble y Enderrock?

Por mucho que sea una mirada al pasado, RS tiene el gran mérito de que el personal se ponga al teléfono y se deje fotografiar. Alguien se imagina a Pasqual Maragall, permítanme el inciso, cómo descansará España ahora que hemos corrido la ll al “centro”, la de Montilla, ahora que nos “han concedido” un estatuto que como bien dijo el pecident nos pilló con buen tiempo y en la playa, en Rock de Lux.
RS puso a Clinton. Puntazo, se mire por donde se mire. Entrevistó y fotografió en su día a un abogado y político poderoso que medraba, mandaba, mentía y hacía la guerra y todavía le quedaba tiempo para depositar su dulce, supongo, golosina en la laringe de una becaria. Según él, esa práctica tan, digamos, close up no era sexo. Garganta profunda en la Casa Blanca. ¡Buen rollo!, sí, señor.
De las muchas anécdotas que se cuentan en este especial, pues se dice que la memoria es aquello cómo se recuerdan las cosas, no como sucedieron, hay una que llama poderosamente la atención. Cameron Crowe, hoy cineasta de cierta fortuna autoral, explica que siempre tuvo interés en entrevistar a Bowie. Un buen día, el británico, en horas bajas, dejó un mensaje  en casa de sus padres, pag. 22.
Se imaginan que alguien en este país que se crea alguien llame a un plumífero a su casa y le deje mensaje diciéndole que no tiene mánager y que no sabe cómo orientar su carrera, pero que tiene cosas que contar. En este país no es posible. No es posible cuando cierta prensa es capaz de publicar que fulanito de tal se droga, y el aludido contraataca diciendo lindezas tipo que la prensa es hipócrita y drogadicta. Toda. Hasta los asmáticos. Y más cuando todo el mundillo sabía que el plumífero aludido era el primero que se apuntaba a lo que le pusieran por delante. Y él ya lo sabía. Porca miseria....
RS no oculta que llevaba drogas a las sesiones de fotos, pag. 29. Sabían bien a lo que jugaban, a tener la puta foto, a tener la pinche foto con sustancia, a saber que la crónica, la entrevista de apoyo tal vez moriría a las dos semanas, o no. Y que la foto te diga: ¡joder!, qué grandes fueron aquéllos tipos, tal vez los discos corran olvidados por casa, y yo sigo con mi empleo de mierda, o no, pues el grande eres tú.

PD: Miren y disfruten la lascivia que surge de la portada dedicada a Britney Spears, cual  lolita. Hace unos años compré una edición posterior, con ella en la portada. Creía que en  mi imaginario tipos como John Fogerty iban a romperme la cabeza. Ella iba elegantemente desnuda o eso me pareció, cubierta de suaves tules. En la entrevista, la tipa, a diferencia de otros, no dijo nada que no supiese que no le fuese propio, no hablaba de Walt Whitman o Andy Warhol, sabía que su público no pasa del fast food y del casquete en el asiento de atrás. Era como ella o escasamente más jóvenes y la sesión fotográfica sacó a la luz todo su sex appeal, que lo tiene, que curiosamente es casi inexistente en sus canciones, pero sí está presente en varios de sus clips y ventas. Ahora, sale desnuda, morena y embarazada en el Harper’s Bazaar. Ya se ha hecho mayor e imita a otras. No confundir con el Interviú. 
Eso es lo que hace grande a RS: sacar en portada a Clinton, a Spears, al rapero de turno, pues mucho antes estuvieron y siguen estando Bob Wilson, Neil Young, Marley, Prince, Dylan, Jagger, Janet Jackson, Richards, Madonna o Jerry García. Saben el terreno que pisan. Mucho alcohol, muchas drogas, un montón de actitud, paletadas de dólares aunque no controlen mucho algunas franquicias. En esta edición especial, la versión española tira de campaña publicitaria de telefonía móvil con Shakira y La oreja de Van Gogh, a la cabeza. La contraportada confirma demasiadas malas cosas: sordos a mogollón.
RS, al menos la edición gringa, es el sueño húmedo que nunca fue Playboy. Rock and roll and chicks and boys at the right time. Sigan algunos años más. Aprendamos.


Nil DeSoto
                  

Clos, el mago

Clos, el mago ¿Quién es Clos?  Para quien no lo sepa, feliz él, hay que decir que es el actual alcalde de Barcelona.
Para aquellos que no viven en Barcelona desde luego es un alivio. Un político - ¿un político?- que es capaz de decir que se puede vivir en un espacio, mejor dicho, en contenedores de 30 m2 o está mal de la azotea o bebe. Quien piense que puede alquilar por debajo de los 800 € al mes sólo le queda residir en sus propios sueños.
Clos es anestesista, su verdadera profesión, y, de paso, tiene a los barceloneses y demás guiris absolutamente sedados. No hay otra. Pues los mismos barceloneses ya son guiris en su propia ciudad. Hay que joderse!!!
El rumor más extendido es que su partido, el de zp & maragal, sin la otra l, pues los que ladran  son incapaces de hacer un esfuerzo labial, pero, en cambio, pronuncian todos los nombres árabes habidos y por haber, aspirando y rompiéndose el cielo del paladar todo lo que haga falta, es que no se presentará a la reelección. No porque no quiera, simplemente porque en su partido no le dejan. Si su partido decide darle un virreinato en el foro, los madriles van a saber lo que vale un peine.  

Puestas así las cosas y viendo los desmanes urbanísticos, cívicos, culturales y últimamente etílicos que violentaron y de qué manera el centro de ciudad, que la dejaron casi que parecía beirut, sólo faltaron unos cuantos misiles y ver unos cuantos museos pijos reducidos a escombros, lo mejor que le puede pasar a la ciudad de los prodigios es que la dirijan gentes como laporta, que desde que fue abandonado por su novio mediático, si no miente le falta poco; almódovar, con el manchego lo pasaríamos pipa: se casarían hasta los curas. Vic, que es una suerte de salamanca a la catalana, sería una fiesta. O, directamente, georgie, es decir, mister Arbusto. Michael Moore, cuando era agudo y no un simple gracioso, le preguntó en una carta abierta eso precisamente: ¿Georgie, bebes?
Se lo podemos preguntar al alcalde. La oposición de derechas y nacionalista siempe ha dicho en los salones más selectos, está maliciosamente documentado, que su antecesor
le daba a la botella que era un gusto.  
La osadía de Moore fue respondida convenientemente por Georgie al espetarle en público meses después: “¡búscate un empleo!”. Sí, señor. Valor y al toro. Uno ha ganado el oscar, y el otro se tirará ocho años nominado con la película más terrorífica de lo que llevamos de década. Que vuelva el cínico de clinton y nos mienta sobre sus polvos, la carrera política de jilaryn mientras allanaba el camino de los bush en sus sucios negocios con el petróleo y vaya a usted a saber qué más. Ya lo dijo Jay Leno: “the funny guy is gone”. Amigos, hay que ver más tele gringa, en versión original, nada de toda esa basura catódica que invade nuestro insominio cotidiano. Al menos, habría sexo. Se harían chistes chungos, guarros, sexistas, políticamente incorrectos. ¿Alguien se imagina fuera de marbella que alguien guarde una falda con restos de semen? Somos sosos.
Ahora, sólo se habla de estupidez.
En Estados Unidos los políticos caen como moscas. Al más puritano representante del pueblo le gustan las jovencitas o compra sexo por internet. Ello hace que mucha gente- fiscales, jueces, rivales políticos, compañeros de partido, humoristas, facinerosos, trepas, oportunistas varios, prensa sensacionalista, barmans, taxistas, etc-  se pueda ganar la vida honradamente. Aquí, las aristócratas se casan con toreros desmelenados, los gays de alta alcurnia esconden su verdadera personalidad, los futbolistas no rompen un plato fuera de casa, qué rollo. El anterior canciller alemán se ha casado cuatro veces, el ministro del interior francés “recupera” a su esposa, entregada en jet privado por su amante, el matrimonio se cabrea y ella se vuelve con su amor. Dumbo, a sus casi 60 tacos, aún espera reinar después de confunir a su amada con un tampón, y los espías de la reina, o sea, su propia madre, filtran sus conversaciones erótico-subnormales, con categoría de adulterio, a la prensa. Una verdadera delicia. Y sin pronunciar una palabra soez ni subir el tono. En definitiva, eso es ganas de vivir y lo demás, paisaje. Aquí, qué, sólo se filtra los devaneos independentistas de carod. Hasta el cuaderrno azul de ansar tenía más gracia. País!  

Volvamos al bueno de clos. Se le hunde el metro ¡¡¡dos veces en menos de dos años!!! Hay quien piensa que su última idea es hacer una red de campos de golf municipal, pues de lo contrario no se entiende, pero es la Chene quien debe dar la cara. Prometió que el ave que llegaría a la ciudad en el 2004. Ahora, a fuerza de eliminar estaciones para ganar tiempo hasta es posible que pase de largo. Con este hombre, casi todo puede suceder. 
Se pone las botas con la recaudación de impuestos: un día cualquiera, miccionar en medio de la calle será más caro que aparcar el carro. En lo que ayer era espacio verde o prohibido hoy hay un parquímetro. Hacer casi cualquier trámite en el achuntament supone pagar una tasa correspondiente.
La renuncia de Pepe Bono, ahora sólo falta que lo deje el otro...para siempre, ha dejado al alcalde huérfano en el estrellato total, pero el hombre es muy cuco: sale cada día en los papeles y larga en la radio lo que haga falta, pero en la tele, rien de rien y eso que tiene una propia, que no ve casi nadie, pero como el sexo de los ángeles se presume que existe.

Joan Clos es un dolor. Dentro de su propio partido es contestado y detestasto. Es como el madrí: no se sabe a qué juega. Pasará a la historia de la ciudad como lo que se supone: un camelo megalómano que ha hecho de la especulación inmobiliria poco menos que una religión.  Afortunadamente, no pintó nada durante los JJ.OO del 92, pero en el 2004 se inventó la tontería del Fòrum, que sólo ha dejado hormigón, desprecio por el Somorrostro, todavía vergüenza gitana y antiguo matadero anarquista y un déficit maquillado de unos 300.000 €, que se lo enchufaron a las empresas colaboradoras, que obviamente ya lo recuperarán con otros pesebres.
La ciudad no tiene suficientes guarderías públicas. El billete de metro y bus es un atraco. El transporte nocturno sigue brillando por su ausencia. La ciudad de la tecnología es una falacia, la puta banda ancha sólo tiene el nombre. Las copas son caras. Y las calles están sucias por mucha brigadas de la limpieza que hayan. Pleitear contra la administración municipal es casi un suicidio. Y la cultura, un chiste malo. Además, se corre el serio riesgo de ser atropellado por...una bicicleta. ¿Para cuándo un carril de peatón? 
El hombre salva todas las dificultades con humor. Tras semanas de dar la brasa, se presenta en la radio, en plena Diagonal, bajándose del coche oficial el día de una ciudad sin carros. El de la alcachofa, sorprendido él, le pregunta al respeto, y el munícipe suelta como si tal cosa: “si no..., no llegaba”. Brutal.
Muchas de las exóticos ciudadanos instalados en al ciudad abren sus comercios a todas horas  y se comenta que no pagan impuestos con el beneplácito del alcalde. Pero como somos un pelín hipócritas cualquier día a las 11 de la noche vamos al paqui de la esquina. Hasta las putas son importadas. Que nos queda: ¿Eto’o? Si hasta Floquet de Neu se borró del mapa. Clos le nombró ciudadano ejemplar. Ni al capitán Haddock le duraban tanto los efectos de los vapores etílicos.
Si hubiese que votar algo zafio, pero que fuese divertido, que nos traigan a chiquito de la calzada. Pero si Barcelona ya parece Marbella... Si el que no pilla es porque no tiene un capital inicial para hacerse unas tarjetas de visitas, tener un despacho en el 22@, el distrito tecnológico, un par de tribunas en el campo del barça, un palco en el liceu o en el palau de la música y un barquito amarrado en el marítimo. No, la solución es ferri adriano y sus recetas de humo y así barcino, tras la quema, quedaría como roma. Qué grande fue nerón que hizo senador, o algo parecido, a su caballo. Clos sólo nos ha convertido en asnos.    

Pernil DeSoto

Telekiosquito

Telekiosquito Debería hablar de pisos, del maldito hábitat, de aquellos que no podemos ni soñar con la palabra hipoteca, qué hipoteca con curros de mierda, pagados en negro muchas veces....Mejor otro día. Hoy toca algo más ligero, menos chungo, pero igual de humillante.
En este país dicen que hay 17.000 periodistas, que se dice pronto..., por lo de periodistas, debido al intrusismo que hay en el sector, y por el número, de los cuales sólo un 10 % tiene contrato. Bonito panorama. Conozco unos cuantos que lo dejaron, otros que se suicidaron y los menos, pero los más listos, que treparon y trepan hasta el higadillo de quien sea. El lector, el radioescucha o el torturado televidente no cuenta para nada, ey, neng!!!...la madre que los parió.

Las niñas de la tele de las mañanas son unas cahondas. Un país de marujas que perdona a quien las traiciona -el libro ¿que escribió? se lo redactó no sé quién y como le caía mal, directamente plagió a otra hipermaruja, cuyo nombre se forjó en un largo acero- quedó retratada de por vida, pero no compungida. Como putada está bien, pero el papel del editor dónde queda.
La otra, la rellenita, cuya mayor contribución al periodismo fue colocar a su niña, que dicen, tira de escote y secos diálogos: ya saben, preguntas que en su enunciado ya contienen la respuesta, y mucho, mucho poderío de barrio, pagado con millones. ¡Benditas ellas! Si alguien paga es porque muchos miran.

Y hablando de mirar tenemos por aquí al amigo ferran monegal. Un currante estilo guadiana que, al contrario de los toreros está triunfando en los aledaños de la jubilación y que le dure, no todo en la tele debe ser acné y silicona en labios y mejillas. Lleva algo más de un año poniendo la jeta en una tele que sólo tiene el 2,7 de audiencia, monegal dixit. Y su telekiosquito es el más visto de su empresa. Pues mérito tiene tratándose de crítica televisiva.
Monegal se mete cual jonás en la panza que le da de comer, pero menos..., pues el amigo, dicen que de los claveles -el pecident considera un falta de estética un clavel en la solapa así como las corbatas del susodicho- pues no habla de la tele que le paga ya que “la ve muy poca gente. Hablo, critico, de lo que ve la gente”.
El argumento tiene su miga. Por un lado no va desencaminado. Es bueno, aunque desolador, saber que ve un país lleno de iletrados, recalcitrantes enemigos de la letra impresa, sordos varios en sus gustos musicales y ciegos en cuanto a sus preferencias cinematográficas. Pero conocedores de cualquier nuevo anuncio y de cómo hacerse minireportajes, tipo comunión, en su móvil cada 30 segundos y enviarlos miles de veces a amigos y vecinos mientras las telefónicas se deben partir el pecho ante tanto descerebrado que les hace ganar millonadas. Y en euros. País!, que dijo aquél.
La cara oculta del argumento es: lo que no se ve en cantidades industriales no existe y sólo se valora lo masivo. Bonito es, que cantó aquél otro.
Y el hombre analiza pormenorizadamente la basura catódica ante el invitado de turno, que suele ser, salvo excepciones: trepa, vocinglero o colaborador-estrella? en cualquier medio que haya una cámara o un bolígrafo. Lo cojonudo del caso es que el público que les acompaña en el plató suele provenir del sector antes mencionado a tenor de sus preguntas y así monegal cierra un círculo deprimente.
La idea del programa no fue suya sino de un tipo que hoy está en la tele pública, la grande, la que este año cascará 50 tacos y que hará lo imposible para que nos enteremos de tal efemérides. Y tanto que nos vamos a enterar.
Desde el 93, monegal escribe crítica? televisiva en un fanzín muy divulgado y eso lo llevó hace dos días, como quien dice, a la tele del 2,7, no confundir con el incunable “vostés tenen un problema... que es diu 3%”.
Al achuntament la broma semanal le sale por más de 10.000 €. Los, aprox., 90 minutos del amigo monegal, pues el espacio se alarga como el chiclé, no dan para tanto. Ni de coña, pero nobleza obliga indicar esos datos. Hecho insólito en el medio.
Para hacer lo que hace y lo que dice ¿no podría ahorrar un poquito, recortarse el horario y poder ver una buena peli del hollywood clásico, un documental interesante, un concierto de un superventas como Frank Zappa o que directamente las noches de los martes fuesen más galacticas, más pop... con, por ejemplo, Jaume Sisa explicando en un clip de 2 minutos lo que quisiera sobre la vida? O disfrutar al mismísimo Machanbreitor at live.
Monegal, ex-company, faci com joan de segarra, escrigui o faci tele des de casa i deixi pas a gent que conceptes com internet, escàner, ip, rewind, molt de rewind li cal a vosté, en fi..., noves tecnologies li sonan familiars.
Ahora, a monegal llega un nuevo reto: navarro ha sido defenestrado. 10 años en tv son un mundo y los que mandan en la tele grande han decidido prescindir de sus servicios por falta de audiencia, no por las simplezas que hacía a costa del erario público. Si monegal comenta la jugada, que lo hará, entrará en contradicción, pues para qué hablar de lo que nadie ve, según él. Si supera esa contradicción en favor de la actualidad, de la copia vulgar y cero ingeniosa que se hace de los late show que la tv gringa sirve como nadie, etc, etc...deberá hablar, más temprano que tarde, de ex-curas and friends que pululan por su propia cadena. Y si piensa seguir subvirtiendo el idioma, que invite al pecident. Santoño está para iluminarle.


PerNilDeSoto

Crónica evanescente de una cena íntima

Fiestas. Fechas señaladas, todavía no se sabe muy bien por qué, pero sí se sabe a quien favorecen. En la ciudad hay menos alumbramiento público que otros años. Y las sonrisas cada día necesitan de más alcohol, mentiras y sudor para asomar en los rostros de una sociedad cada día más aburrida, más hastiada, más perdida, y más lo que sea que si tiene algo de dinero sólo piensa en un viaje rápido, cual polvo rápido, mal planteado y peor vivido, o en aparcar a los niños con el primer abuelo que se ponga a tiro.
Puestas así las cosas, el pecident, nada intrascendente estos días, dijo con su habitual tono sobrio: ¿...y la cena de fin de año? Su autoridad es tal que ni siquiera tuvo que añadir qué, ese qué tan incesivo en una cuestión tan seria como esa. Los feligreses presentes mudos ante tal reto apenas reaccionaron cuando el pecident les animó con “paga Santoño”. Fue poco menos que su mano derecha quien organizó el cotarro, con enviable éxito, salvo la mácula a la hora de elegir el vino. El pecident, apenas llevaba unos minutos a la cabeza de la mesa, señaló: “los muchachos merecen más calidad”. La mesera, tatuada ella, entendió la invectiva y el chardonnay se hizo presente en mi esquina. Jamás probé el vino negro. No haré preguntas, pero la mesera carreteaba botellas que era un gusto.
Los allí congregados, no echaron en falta notables tertualianos, que por motivos diversos, de mínima autoridad, no se hicieron presentes; en cambio, hubo quien no dudó en atravesar el país para rendir pleitesía al pecident. En algunos asistentes ya se aprecia que confunden con cierto ardor la figura de Cupit con la del pecident, cuya talla ética es intachable. Para que entiendan: si fuese un hitman no llevaría fierro, lo haría con sus propias manos. El sentido cooperativista que demuestra ante sus apóstoles iluminó, como fue el caso, una noche más, una cena especial y sin que el alcohol hiciese mella en su lucidez.
Dejó hablar y repartió juego. Escuchó atento y tal vez pensó que no le merecemos. La estrella de la noche fue, sin lugar a dudas, Apetito. Apetito se presentó con una camisa de delincuente, de la que se avergonzó y el pecident tuvo la misericordia de pasar por alto, y una bandurria, que Apetito insistió en llamar ukelele. Cantó rocanrol, improvisó, rapeó, se rió y la cagó casi siempre. Se trajo un compinche que tocaba un clip cual Snoopy. En pleno invierno, vestido de riguroso negro, the man in black, admitió abiertamente que lo suyo es el surf. El tupé del pecident se inclinó levemente, mala señal, pensamos, que en su verborrea Apetito interpretó como un elemento cuántico y por poco jode la noche. El pecident valoró las agallas del joven apóstol y se escanció más vino.
A la mesa se sentaron barbudos, calvos, canosos y muchos pares de lentes; en fin, una tipología humana que, en su mayoría, no ha entrado en una tienda de modas en años. Las rasuradoras tampoco habían hecho estragos en las mejillas de los asistentes convenientemente vestidos de manga corta con la rasca que hacía fuera.
Apetito fue reiteradamente atacado, aplaudido, jaleado e instigado a seguirse equivocando mientras su hígado no daba señales de malestar. Un supuesto arquitecto, sentado a la izquierda del padre, personaje, ígnoto para el cronista, le zarandeó con conceptos demasiados alejados de la fideuà, el bacalao al pil pil y el chardonnay.
El pecident dejó hablar, apenas tuvo que intervenir, el juego estaba bien repartido. Su silencio fue tan sabio como cuando dijo al ver la cuenta: “hay que poner 10 € más cada uno”. Y a continuación carraspeó alguna cosa sobre el presupuesto de la cena, que no pasó a mayores.
Fue mi primera cena de fin de año en Santoño. El pecident me invitó a fumar. Abstemio como soy de tal placer. Ni un segundo se habló sobre el recorte de libertades que supone dejar fumar o seguir fumando pasivamente. Sólo el cocinero particular del pecident, que ama el blues, hizo un comentario que oí pues cenaba en mi esquina y compartía mi vino blanco. Hice un giro hacia el otro extremo, su miopía se volvió luz. Entendió que el pecident camina por encima de leyes, decretos y reglamentos. Días antes fui reprendido por una torpeza que el pecident cortó en seco: “hay mucho pijo que paga impuestos”. No debemos temer. El pecident sabe en lo que anda. El cocinero se refugió en su copa y atendió el coñazo cuántico de Apetito sin pensar más en que si le pillan fumando dentro de un local pequeño, un nuevo delincuente alumbrará la ciudad de las disposiciones contranaturales.
Hecha la salvedad; un purito canario llegó a los labios de todos. Luego, de su tabaquera de madera, el pecident extrajo el último y me lo ofreció delante de todos. Se hizo el silencio. Hasta Apetito decidió no fatigarnos más con la cuántica y no sé qué del lado derecho de la ola.
No se habló de los personajes catódicos y radiofónicos de quienes nos choteamos y a la vez nos amargan la existencia. No se habló de pateras. No se habló de país, ni de nada. Simplemente, unos apostóles conversando sobre cómo hundir la ponzoña de mundo en que vivimos bajo la plácida mirada y cálido abrigo de nuestro pecident, en un reservado de un buen restaurante de un barrio de comerciantes de una ciudad venida a menos.
El orujo de oreja y el de hierbas corrieron sin descanso. Ni un rumor en la calle. Despedidas fraternales.
Como rasgo común, cabe decir que a Santoño le ha tocado la pedrea en el gordo de Navidad. El pecident hízome una leve confidencia. Si se rasca algo importante con el sorteo de El Niño sentenció: “la vamo a liar”, había torcido el labio y clavado sus ojos por encima de los lentes. Rasgo humano y característico en un hombre líder, que por una noche permitió que los equipos técnicos y humanos de Santoño descansasen. Sus pensamientos ya ocupan centenares de horas de audio y vídeo. Su anonimato, llevado con una rectitud que estremece, sus apóstoles deseamos salte por los aires en el 2006.
Feliz nuevo año Cupitense, hermanos.


PerNilDeSoto